Me gustaría escribir algún día una profunda crítica social (o política, que eso da para mucho) pero con lo de mi madre en el hospital y mi padre enfermo, el trabajo y cuidar de la niña (aunque esto en realidad es una alegría) me siento como si estuviese viviendo en un momento irreal, que tengo supeditado todo a que pase, pero es que no puedo ir a cenar, no tengo ningún tipo de vida social, no sé desde cuando no voy al cine, no puedo hacer ninguna escapada de esas que tanto disfruto, no me puedo concentrar, no tengo momento para mí…Lo sé, lo sé no hago más que quejarme, pero la vida en este momento y desde hace más de un año esta siendo de color gris. Intento afrontar las cosas con optimismo y pensar que realmente puedo cambiar de vida pero, de momento, esta vida se parece sospechosamente a la que siempre llevo, que me ha metido en una noria y no me deja escapar. Hoy también tengo fiesta pero mañana trabajo y pensar en eso hace que me duela el estómago (no es broma, es así realmente). Ayer a mediodía hablamos con el médico de mi madre y dijo que todo iba muy bien y que en una semana podría volver a casa, también hablamos con el médico de mi padre y le dijo que no podían ponerle radioterapia. Ayer por la tarde (dos horas después) a mi madre le anularon el tratamiento y a lo mejor han de operarla otra vez, a mi padre lo llamaron y hoy empieza la radioterapia.
jueves, 14 de febrero de 2008
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