Cuando mi vida era mi vida y no ésta cosa horrible en la que se ha convertido (véase: trabajo-hospital-problemas familiares- trabajo-hospital-más problemas familiares) nosotros viajábamos un montón, incluso después de nacer mi hija que se califica a si misma como viajera y que le gusta más un avión que un caramelo, (desde pequeña nos acostumbramos a oírla decir “Mamá ¿Cuándo iremos al Louvre?” en vez de “¿Cuando iremos al parque?”)
Para muestra un botón: el año pasado, estuvimos en Ginebra, París, una parte de Andalucía y nos recorrimos parte de Europa (Francia, Alemania, Austria, Suiza y Republica Checa), el año anterior fuimos a Basilea, París, otra parte de Andalucía, Toledo y Nueva York.
Este año, en enero, nos escapamos (esta vez sin la niña) en un mini rendez-vous a Londres , y sólo porque habíamos pagado el viaje con antelación y por lo que parece no vamos a poder ir a ningún sitio más en meses, que digo meses, si esto continua así en siglos.
Y tengo “mono”. Añoro ir a extranjerilandia y que nadie me entienda y que yo no entienda a nadie, añoro los hoteles, los aviones, los trenes, el “meneo”… los museos, las iglesias… los restaurantes…los parques…la vieja Europa y el Nuevo Mundo. Añoro moverme y escaparme. Añoro las rebajas de Harrod's y los paseos por los Champs Elysées. Añoro perderme, dar vueltas, tomar cafés y cervezas.
¡Me quiero ir de viaje!!!!!
(Siguiendo con mi terapia- que ya se acaba porque el deber me llama- he cogido de la biblioteca La patada de Tardi y Pennac, El gato del rabino de Joann Sfar, Lupus de Frederik Peeters, Quotidiania delirante de Miguelanxo Prado, y por supuestísimo el segundo y el tercero de la serie Los Combates Cotidianos de Larcenet, ya os contaré que tal.)
Para muestra un botón: el año pasado, estuvimos en Ginebra, París, una parte de Andalucía y nos recorrimos parte de Europa (Francia, Alemania, Austria, Suiza y Republica Checa), el año anterior fuimos a Basilea, París, otra parte de Andalucía, Toledo y Nueva York.
Este año, en enero, nos escapamos (esta vez sin la niña) en un mini rendez-vous a Londres , y sólo porque habíamos pagado el viaje con antelación y por lo que parece no vamos a poder ir a ningún sitio más en meses, que digo meses, si esto continua así en siglos.
Y tengo “mono”. Añoro ir a extranjerilandia y que nadie me entienda y que yo no entienda a nadie, añoro los hoteles, los aviones, los trenes, el “meneo”… los museos, las iglesias… los restaurantes…los parques…la vieja Europa y el Nuevo Mundo. Añoro moverme y escaparme. Añoro las rebajas de Harrod's y los paseos por los Champs Elysées. Añoro perderme, dar vueltas, tomar cafés y cervezas.
¡Me quiero ir de viaje!!!!!
(Siguiendo con mi terapia- que ya se acaba porque el deber me llama- he cogido de la biblioteca La patada de Tardi y Pennac, El gato del rabino de Joann Sfar, Lupus de Frederik Peeters, Quotidiania delirante de Miguelanxo Prado, y por supuestísimo el segundo y el tercero de la serie Los Combates Cotidianos de Larcenet, ya os contaré que tal.)
3 comentarios:
Desde aquí, se te envidia. He visto mucho menos mundo que tú. Pero, por lo que veo, los destinos elegidos no son muy distintos a los que yo viajaría.
¿Cuáles son esos países en los que no entiendes a nadie y nadie te entiende? Es que tengo curiosidad, porque yo hablo inglés, francés, alemán e italiano, y me valen para los países a los que he viajado (los que me interesan). Está claro que si te vas a China a coger el virus de la gripe asiática, sí que no entenderás a nadie. Un saludín.
"me pregunto"
La culpa no es de los países que visito sino de mi incompetencia lingüística. No sabes lo que me gustaría poder hablar tantos idiomas como tú, pero yo y el aprendizaje de idiomas estamos reñidos.
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